El camino para alojar en una de las residencias sanitarias

El Hotel Best Western, de Estación Central, es uno de los recintos de Santiago que hoy se ocupa como residencia sanitaria. Foto: Andrés Pérez

Alerta de un médico, llamados de municipios y hasta un mail pueden ser la entrada para uno de estos recintos.


Jennifer Arias (36), de la comuna de Independencia, hace cuatro días ya que permanece en aislamiento en el Hotel Boutique Sommelier, en pleno Santiago Centro, en calle Merced. Ella, su pareja y sus tres hijos fueron calificados como contacto estrecho de su hermana, quien se contagió de coronavirus.

“Con mi pareja arrendábamos un departamento. Con la crisis, él perdió su trabajo y mi empresa se acogió a la ley de protección del empleo, no pudimos seguir pagando. Lo entregamos y nos fuimos a vivir con mi familia en un departamento con nueve personas, pero solo con tres habitaciones. Mi hermana, que vive con nosotros, se contagió en su trabajo”, relata.

El caso de Arias es uno de los definidos por la autoridad sanitaria como aquellos en que es imposible realizar aislamiento por las condiciones materiales del hogar, es decir, hacinamiento. Hasta ahora, el principal problema para la mujer ha sido la comida, la que describe como “insuficiente”, sobre todo para los hijos. Le preocupa la mayor, de 20 años, que ya presenta algunos síntomas de Covid-19.

La meta: 10 mil cupos

“Testear, trazar y aislar”. Esa ha sido la premisa entre los expertos en una fase de la pandemia, donde solo queda contener la rápida diseminación de la enfermedad. Así, el pasado lunes el ministro de Salud, Jaime Mañalich, anunció que se pondrá el foco en el confinamiento de casos Covid-19 positivos y sus contactos estrechos, elevando de aquí al viernes los cupos en hoteles sanitarios a 10 mil. Actualmente, alcanzan los 4.347.

Y si bien en un inicio los requisitos para acceder a las residencias eran acotados (como ser descubierto en la vía pública incumpliendo el aislamiento), los criterios se han ampliado, señala la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza.

A ello, se han sumado las personas que no puedan cumplir con el confinamiento y que esto haya sido advertido por los médicos de la atención primaria o urgencias.

Asimismo, también se habilitó un teléfono y un correo electrónico donde las personas podrán acudir en caso de que consideren necesario trasladarse a estos cupos de aislamiento. “Hay personas que, por distintos motivos, no pueden cumplir su aislamiento y pueden llamar o pueden escribir. Incluso, pueden alertarnos que en la casa del frente, por ejemplo, hay casos Covid-19 y que las condiciones que tienen no son adecuadas”, precisa Daza. La subsecretaria, además, indica que la coordinación con los municipios ha sido fundamental, ya que estos alertan a la autoridad sanitaria de situaciones complejas, como pueden ser el caso de los cités.

La seremi de Salud de la Región Metropolitana, Paula Labra, detalla que pueden acceder a las residencias “todas aquellas personas que fueron diagnosticadas con Covid-19 positivo y sus contactos estrechos que no pueden realizar la cuarentena obligatoria en su hogar. También hemos ampliado los cupos a casos de personas que tienen síntomas relacionados al Covid-19 y están a la espera de los resultados del examen PCR”.

Contactado el número publicitado en las redes sociales del Minsal para acceder a alguno de los recintos de aislamiento (para la RM es +56 9 3949 9589), este sonó “ocupado” durante toda la jornada.

Gremio hotelero

Andrés Fuenzalida, presidente de la Asociación de Hoteleros de Chile, señala que este es el cuarto llamado que realiza el Ministerio de Salud (Minsal) para aumentar los cupos y asegura que “cumplirán con holgura”, considerando el estado actual del turismo y ocupación hotelera. En estas gestiones, Fuenzalida indica que el Ministerio de Economía ha actuado como intermediario entre el gobierno y el gremio.

“El Minsal ha ido administrando nuestra disponibilidad en la medida en que va requiriendo, los ha ido seleccionando y se han ofrecido más cupos de los que se han solicitado. Contemplamos que ya hay dos mil a disposición, unos dos mil exclusivamente para Santiago y otros dos mil nuevos a lo largo de todo el país, para regiones”, comenta.

Sobre el costo que significa cada una de estas piezas, Fuenzalida lo define como “bastante menor”. Si en un inicio el Estado pagaba alrededor de $ 35 mil por cada alojamiento y cuatro comidas, la cifra se ha elevado a cerca de $ 50 mil por persona ahora que se reciben pacientes Covid-19 positivo, detalla el empresario.

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